3.8.05

Dos vascos

Joseba Arregi es vasco. Y era nacionalista. Es un hombre lúcido. Ya no es nacionalista. Fue consejero de cultura con Ardanza. Publica hoy un artículo magnifico en El Mundo, que mis improbables lectores pueden encontrar reproducido íntegramente en el portal de la Fundación Para la Libertad. Argumenta con brillantez evidencias que, en otro tiempo, todos hubiéramos tenido por obvias. En tiempos confusos, los lúcidos son tenidos por agoreros:
  1. Ninguna democracia [...] pueden subsistir sobre la base de declarar democráticamente legítimo un proyecto que defienda pacíficamente la inferiroridad de las mujeres, la inferioridad de alguna raza, la minusvaloración de los disminuidos, la superioridad de la raza aria, el antisemitismo, la marginación de los sinti y roma, el derecho ilimitado de un interés particular, económico, cultural o identitario.
  2. [...]determinado nacionalismo está actuando como si en Euskadi se pudiera hacer política como si ETA no hubiera existido, como si ETA no hubiera esgrimido razones, las suyas, para asesinar, como si ETA no hubiera buscado explicaciones y justificaciones en determinados proyectos políticos para asesinar a ciudadanos vascos y españoles. Y esta voluntad de un determinado nacionalismo vasco de hacer política y plantear el futuro de Euskadi como si ETA no hubiera existido significa querer hacer política como si las víctimas, los asesinados por ETA, no existieran.
José Ángel Agirrebengoa es el jefe de la tropa nacionalista vasca en Navarra. Ayer les atacaron un centro de socialización, que ellos dicen Batzoki en Lesaca, un pueblo navarro. Las declaraciones del dirigente nacionalista asombran por su indigencia: "estos hechos son éticamente despreciables y políticamente estériles". Es evidente que son despreciables, pero no que sean estériles. Ya no recuerda el paniaguado navarro aquello de que unos agitaban el árbol y otros recogían las nueces. Sólo que a veces el árbol agitado es el suyo. Y en cualquier caso, a qué viene juntar ética y política. Creo que al peneuve le parece éticamente despreciable porque lo ve políticamente estéril, para ellos al menos. Pero no al revés.

Mañana en Valladolid, tarde en Japón. De nuevo en el centro

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