15.12.05

Decíamos ayer

Tres días de vacaciones y cuatro de baja laboral. El frío sol del invierno es muy traicionero en Sanabria. Sales a la calle pensando que no hace frío y en realidad estás a siete grados. Total, doblado toda la semana, gripe intestinal o algo así. He podido ver varios comentarios, pero no tengo el cuerpo aún, literalmente, para comentar. Todo se andará.

No me resisto comentar el proceso del alta. Como nunca había estado en mi vida de baja (luterano castellano, me dicen) pensaba que había algún control. Brutal. Viene a verme el médico del seguro, le cuento lo que tengo y me diagnostica (sin auscultarme en exceso). Ayer decido ir al centro de salud para que me tramiten la baja y el alta. Claro, yo imagina que la medico, como representante de lo público, intentaría acortar el alta, o pondría pegas a lo que le decía. Mi sorpresa fue cuando, ale hop ¡me preguntó que cuándo quería yo el alta! coño, a la carta... me daba varias opciones, alguna de la semana que viene...

En fin, le dije que quería estar trabajando este viernes.

He leído poco, porque cuando uno está cascado tiene pocas ganas de cualquier cosa. He empezado Los hermanos Oppermann de Lion Feutchwanger y en seguida me he dado cuenta de que no era lo más adecuado cuando uno está convaleciente.

PD: mi convalecencia me impide asistir al Congreso que organiza el bueno, en todos los sentidos de la palabra, de Juan Andrés Blanco en Zamora sobre La emigración castellano leonesa. Es un experto que sabe mucho y ha sabido darle un buen impulso al tema. Me dicen que ya casi no tiene voz de todo lo que ha estado haciendo para preparlo. Todo mi ánimo y todo mi afecto. El Florián de Ocampo, la Studia Zamorensia... cuántas buenas iniciativas salen en parte de su ánimo infatigable...

1 comentario:

test dijo...

Yo también he andado con gripe, si te sirve de consuelo. Y aquí, en Holanda, la cosa es aún más rara: tú te quedas en casa o no, según lo que te parezca. El médico ni entra ni sale en la decisión. De hecho, no hace falta ir al médico. Eso sí, la empresa se reserva el derecho a mandarte un médico de visita a casa (sin avisar). En 6 años (a ritmo de catarro por año, más o menos, que todavía no estoy aclimatada a estos fríos), sólo me ha tocado una vez. Lo cual me hace dudar mucho de los continuos problemas de salud de una compañera de trabajo: dolores de estómago, esguinces, dolores musculares, dolores de cabeza, alergias... la chica va alternando con una gracia!