Aquí seguimos

De nuevo en el tajo. Como estaba convaleciente (no me quitaron el tapón hasta las 16.30 y a las 18.30 tenía hora con el otorrino), estuve siguiendo a ratos el debate sobre el envío de tropas al Líbano. Y me ratifico en varias de las cosas que pienso últimamente. Las palabras huecas del presidente del gobierno. La habilidad de Rajoy para sacar a la luz “sus contradicciones”, usando la terminología marxista. ¿Cómo se va a desarmar a los locos del Partido de Dios iraní?, ¿Hablándoles de la Alianza de Civilizaciones?, ¿Invitándolos a merendar?. ¿De verdad el presidente piensa que los ejércitos están para repartir coca colas entre la población civil? La fuerza de la ONU sólo será creíble si es eso, una fuerza, que obligue a los terroristas del Partido de Dios iraní a dejar en paz a Israel. Ya vimos en Srebrenica lo que pasa cuando la ONU declara "zona segura" un área.

Hay más imágenes del día. La bestia que ayer amenazaba a todo el mundo en la Audiencia Nacional es técnicamente y para el nacionalismo vasco, un preso político. Para nosotros, el asesino, entre otros, de Juan Priede, un jubilado que ejercía de concejal socialista en la localidad guipuzcoana de Orio. Toda una amenaza para el proyecto nacionalista vasco.

Así de valiente es este gañán. Matar a una persona desarmada que tiene 69 años y que está tomando, sin protección, café en un bar. Qué valiente eres Iñaki. Lucha por ella, Iñaqui, que en la Euscalerria unificada, socialista y euscaldún, seguro que te nombran asesor del Director General de Protección Ciudadana o algo así. Carrerón llevas, majo.

Lo de Rubianes. Me parece un impresentable, incluso ya antes del numerito que montó en la televisión nacionalista catalana. Le había visto alguna vez en un vídeo y su espectáculo causaba sonrojo: caca, culo, pedo, pis. Aznar hijoputa, y la progresía catalana riendo desde la platea. No debieron haberlo contratado para El Español. Pero una vez que el director lo ha hecho, queda en mal lugar la censura. Queda en mal lugar el director del teatro, y queda en mal lugar quien lo nombró. Yo no lo hubiera censurado, sinceramente. Eso nos diferencia del régimen catalán. Aquí hubiera actuado y no hubiera habido camisas pardas en la calle gritando: “enemics de la patria fora de Espanya” o similar. Estos charnegos gallegos, siempre tan rápidos a hacerse olvidar su origen, como Pepe Rey en el Egin de los años ochenta y noventa.

Empecé ayer “Rubicón: auge y caída de la República romana”, y he devorado de un tirón casi un tercio del libro. Somos nueva roma, 2.000 años después, pero Nueva Roma al fin y al cabo. El libro es bastante ameno y ligero y se lee bien.