19.4.07

Estatuto básico del empleado público

Uno de los pocos ministros que parece saber sumar y restar en este desastroso gobierno es Jordi Sevilla. Me cae bien, se lo reconozco. Licenciado y con una oposición de Grupo A a sus espaldas, debe sumar él sólo más horas de estudio que todos los que se sientan con él en el Consejo de Menestros y Menestras. Aunque es evidente que se equivocó de plano cuando pensó que el simplón iba a aprender economía en “dos tardes”, Sevilla parece pertenecer a esa parte de sociatas centrados que aún debe de haber en el PSOE y que nos permite soñar con un día en el que en España volvamos a tener un partido socialdemócrata homologable a otros partidos europeos de centro izquierda.

La semana pasada el BOE publicó la Ley 7/2007, del Estatuto básico del empleado público. Al ser una ley básica, habrá de ser adaptada por las Comunidades Autónomas, por lo que es posible que no llegue todo lo lejos que el equipo del ministro quería. A falta de ver en qué se concretan en realidad las propuestas, el primer vistazo es, en general positivo. Introduce figuras relevantes, que demandaban desde hace tiempo una regulación, como la figura del Directivo Público, y abre la puerta a aspectos positivos como son la evaluación del desempeño real a los trabajadores públicos o la racionalización de la carrera profesional de los servidores públicos.

Lo malo es que no todo son luces. El que la hayan aprobado los sindicatos la convierte ya en una norma sospechosa. Y que el pepé se haya opuesto a ella, hace suponer que no debió de haber mucha voluntad de consenso.

En cualquier caso, espero que sea una buena norma. Desde López Ballesteros llevamos los españoles intentando dar con una forma de gestionar la Administración. Esperemos que esta vez el gobierno haya acertado.


Uno de los conflictos fundamentales e inherentes de la historia ucraniana fue y será el problema del idioma. En mi caso particular, como uso la lengua como instrumento de interacción con el mundo, considero que se trata de mi problema [...]
Andrujovich, Yuri: El último territorio. Acantilado, Barcelona, 2006. Página 86

PS: para mañana tengo un texto especial. Una joya de hace cien años que me acompañó durante toda la universidad.

2 comentarios:

El Cerrajero dijo...

Quedamos a la espera del misterioso texto ^_^

Hornuez dijo...

Tumpus fugit!