15.12.07

Desolador

Hay algo desolador en la forma en la que occidente está ¿abordando? el tema de Kosovo. No, no hablo ni siquiera como español. No me preocupa tanto el posible efecto contagio que la independencia de la provincia serbia pueda tener en España. Intento ir un poco más allá. Setenta años después de desaparecido el nazismo, el mapa de Europa oriental es un calco del mapa con el que soñó Hitler. Un Estado para cada etnia, nosotros para euskadi y euskadi para dios. Un horror. En realidad, no hemos aprendido nada. Somos tan idiotas que hemos asumido el discurso, el marco diría Lakoff, del nacionalismo etnicista más horroroso. A cada pueblo su Estado. Y que cada Estado construya su nación étnicamente pura.
La debilidad del pensamiento nacionalista es inversamente proporcional a su capacidad para prender en las masas. No tiene porqué haber Estados étnicamente puros. Es más, las minorías están mejor tratadas en Estados complejos que en Estados homogéneos. Era más sencillo ser croata en Yugoslavia en los ochenta que ser serbio en Croacia en este inicio de milenio. La asunción del discurso nacionalista es su victoria más profunda. Los kosovares necesitan un Estado. Mentira. No digo que no tengan derecho a él, digo que es mentira que esa sea la "solución natural". Los kosovares necesitan infraestructuras, educación, sanidad e inversión.
Este discurso nacionalsocialista ha sido también adoptado en occidente, de mayor o menor grado, por los socialistas de todos los partidos. Los nacionalismos periféricos lo tienen claro, en Cataluña, sólo en catalán, en Galicia, sólo en gallego. Hay que crear estados étnicamente puros, unidades de destino en lo universal en los que los ciudadanos pasen a ser súbditos monolingües de clases políticas bilingües o trilingües.
En fin, sesenta años después, Hitler estaría orgulloso de ver cómo la Europa central y oriental se ha ido transformando en un mosaico de Estados inertes pero todos con label de pureza extendida a toda la población. Los éxodos. La brutal imagen de la gente desenterrando a sus muertos para llevárselos a su parte de la ciudad.
Desolador, en fin, ver como los patéticos nacionalismos europeos pugnan por construir sus estaditos siguiendo el esquema de 1930. Qué buenos súbditos se perdió el caudillo austriaco. Y qué poco tardarían, hogaño como antaño, en ponerse a sus órdenes con tal de las botas alemanas garantizaran sus fronteras.

5 comentarios:

Enky dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Enky dijo...

Mi natural ingenuidad siempre me llevó a pensar que en cualquier debate abierto y con argumentos, la ciudadanía siempre se pondría de parte de la opción más razonable. El nacionalismo es la refutación más abrumadora a esa ingenuidad. Ante las enormes evidencias aportadas por lo que se ha escrito sobre el tema y por la Historia misma, al final, siempre me acuerdo de aquella obra de Revel
llamada "El conocimiento inútil".

Anónimo dijo...


A cada pueblo su Estado. Y que cada Estado construya su nación étnicamente pura.

Bienvenido a la república independiente de mi casa según reza la publicidad de Ikea Muebles.

O sea, el pensamiento nacionalista sólo puede arraigar en las mentes más torpes. Lo malo es que hay demasiadas.

Anónimo dijo...

Siguiendo el ejemplo del webmaster, dejo aquí unos extractos dignos de ser repetidos hasta la saciedad, de un libro recientemente reeditado, y, con el ánimo de que los nacionalistas totalitarios se enteren alguna vez de lo que significan sus ideas, aunque con poca confianza en que reflexionen y saquen algún provecho de ello:

"El credo visceralmente antiigualitario de los nacionalismos no es una característica accidental; forma parte de su esencia. [...] Sobre la pretensión autodeterminista han vertido ríos de tinta juristas e historiadores. Se ha dicho que tal dinámica "sólo sirve para llevar a la lógica de la limpieza étnica en aquellos casos en que no haya homogeneidad en las fidelidades nacionales" [...] Si el hecho diferencial se cifrara en haber constituido en el pasado un ente administrativo definido, nada más lejos de esta realidad que las provincias vascas, cada una de ellas con sus fueros y sus instituciones separadas, y con una tradición de rencores y enfrentamientos con sus vecinas. [...] Cataluña era uno de los cuatro territorios de la Corona de Aragón, no más peculiar respecto de Aragón o Valencia que a la inversa. [...] Tiene razón G. Jackson cuando sostiene que "el nacionalismo es la forma más violenta de agresión; minorías que no aceptan la política de consenso".
Luis González Antón. "España y las Españas"; Cap. 21: Sinrazones de los nacionalismos. Alianza Editorial.

PD: Ajocrudo, veo que frecuentamos las mismas "malas" compañías. Perdiú, Moliné ...

Enky, ahora estoy empezando con las Memorias de Revel, "El ladrón en la casa vacía". Me parecen muy interesantes, sobre todo sus comentarios sobre sus amigos comunistas y como reaccionan ante las órdenes que reciben del "Partido". Cuando termine me "embaularé" El Conocimiento Inútil. ¿Tendría en mente Revel "Salsa Rosa" y otros por el estilo?

Unknown dijo...

De esta locura, habrá que dar gracias a la inestimable colabroración de Izquierda Hundida que a golpe de consejería son capaces de girar la cara pra no mancharse con los sesos de sus compañeros de hemiciclo (vamos, del tipo Pulp-fiction, pero sin gracia) O en cataluña, que se ponen la el trajecito verde de primera comunión-rana y venga, a colaborar en el exterminio de las ideas primero, de las personas después.
Luego nos dirá romenauer aquello de
"pues denuncie". Me recuerda el bueno de Rome a quel chiste sobre Maria Antonieta, a la cual le decían an medio de las hambrunas de Francia: Majestad, el Pueblo no tiene pan y ella respondía: "pues que coman Cruasanes"
Se estará volviendo monárquico, el rome?