22.4.08

Políticos sin motivo

Llevo varios días queriendo escribir sobre el tema pero, como decía César Vallejo, “quiero escribir, pero me sale espuma / quiero decir muchísimo y me atollo”. No sé, no entiendo, no comprendo, como en Cataluña y en Aragón la gente no está en la calle, exigiendo la dimisión de sus gobiernos autonómicos. Hicieron de la demagogia en forma de agua su bandera. Pensaron, que para algo son progresistas, que donde estuviera la nueva cultura del agua, que se quitaran las obras. Además, está el papelón de los estatutos. Esta bobada de que una región quiera controlar un río, incluso más allá de sus límites territoriales, tal y como señala el artículo 19.3 del estatuto aragonés, aprobado por cierto con los votos del pepé.
Pero la realidad los ha puesto en su sitio. Hasta ahí, de acuerdo. No son el primer gobierno de papel que miente para hacerse con el poder, ni el primer gobierno que hace oposición irresponsable con temas serios. Lo que no me cuadra es la reacción de esa masa inerte que, treinta años después de muerto el dictador debería ser una sociedad de ciudadanos. Ni una voz. Ni un grito. Ni una demanda.
Y ahí van los motivos. Porque ahora sí hay motivo.
Un presidente que dijo que dimitiría si pasara exactamente lo que ha pasado. Y ahí sigue. Con un par. Cuando el Estado pague la factura de la tubería que llevará el agua trasvasada a Barcelona, que alguien recuerde aquella manifa en Bruselas, el 9 de setiembre de 2001, con el lema “Ni un euro para el PHN” y en la que estaban, entre otros Belloch y la tropa de Izquierda Unida. Otro motivo fue la manifa de marzo de 2002. En Barcelona. Joan Saura decía ese día a la prensa, mientras la manifa salía de la Plaza de Cataluña: “el PP y CiU deben tomar nota de la manifestación porque será una de las más importantes que ha vivido Cataluña”.
Aquel
compromiso por escrito en 2003 en el que Montilla, Carod y Saura pedían “la retirada del proyecto de conexión entre las redes de Tarragona y la del Ter-Llobregat” porque “Cataluña no precisa de más concesiones de agua de otras cuencas”. Exactamente la misma conexión que se ha aprobado ahora.
Ahí más motivos. Pero son pesados de enumerar. Con estos es suficiente, desocupado lector. También había motivos para esperar una respuesta, aunque fuera únicamente
un encadenado.
Las conclusiones son dos. Zapatero se lo dijo una vez a Sonsoles: “no sabes la de gente que podría ser presidente del gobierno”. Es cierto. En este país, al menos desde 2004, el gobierno es un buen reflejo de la sociedad que lo vota. No hay más.
La otra conclusión es una confesión. De hastío. Da pereza, y mucha, tener que escribir sobre estas evidencias.

PD: […] ambigüedad ideológica en la que se moverían los institucionalistas y siempre el regeneracionismo, un movimiento que acabó contribuyendo decisivamente a la destrucción del régimen parlamentario y liberal en España.
Marco, José María:
Francisco Giner de los Ríos: pedagogía y poder. Península, Barcelona, 2002. Página 324.

3 comentarios:

Jorge Castrillejo dijo...

¿Por qué se van a manifestar? Primero no se han enterado de lo que pasa (apagón informativo) y los que si, como solo es una desviación temporal de noseque, no se ofenden, no es trasvase.

Anónimo dijo...

Estoy completamente de acuerdo con la idea expuesta según la cual el Sr. Presidente del Gobierno es un fiel reflejo de la sociedad española actual. Un claro ejemplo son las diferentes personas que conozco que no quieren ni oir hablar de una crisis económica. Se les cae su mundo, ese mundo de Alicia donde todo se justifica si da lugar a una situación indolora. Esta sociedad nunca se va a enfrentar a los problemas serios que tenemos encima, puesto que se niegan los problemas.

Anónimo dijo...

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde...