4.7.08

Sigamos con Polonia y lo polaco. Una historia fascinante, la de Adampol, o Polonezköy, un pueblo polaco al este del Bósforo, en la Turquía asiática, fundado en el XIX con autorización de los sultanes para alojar a los veteranos de guerra polacos que habían combatido contra Rusia. Ya saben, los enemigos de mis enemigos son mis amigos. La Sublime Puerta era una construcción multirracial que exigía lealtad militar y obediencia civil, un Impero al que preocupaba menos cohesión étnica, lingüística o religiosa de sus súbditos. Y ahí están los miles de griegos, armenios o judíos que poblaban su territorio. Las fantasías de la identidad saltaron por los aires con la llegada del siglo XX y de la modernidad. Lo que va del Sultán a Atatürk no es sólo el cambio en positivo de una sociedad en lo que se refiere a la modernización; es también la expulsión del otro, del diferente, cuando uno pasa a definir su lealtad en términos étnicos, religiosos o idiomáticos.
Algo en realidad incomprensible para los españoles. Imagine, lector, que en la Mancha hubiera un pueblo francés. O que en Gerona hubiera un pueblo portugués. O uno sueco en Guipúzcoa.
Restos de un mundo que no fue, y que firmó su defunción en la Gran Guerra. Un mundo de imperios complejos y plurales que pudieron haber sido una alternativa al modelo nacional que se impuso después. Adampol es, en realidad, una reliquia de lo que todos pudimos haber sido.

PS: “En 1966, en los inicios de la Revolución cultural, las cosas más mundanas e inocuas (el maquillaje, los tacones, la ropa estampada, los pantalones ceñidos, los animales domésticos…) se consideraban burguesas, extranjeras y, por lo tanto, ideológicamente sospechosas; quienes se atrevían a usar algo de todo ello eran sometidos a un humillante escarnio público”. Lovell, Julia:
La Gran Muralla. China contar el mundo. Debate, Madrid, 2007. Página 331.

PD: Fin de semana toresano. Cantaba Barricada aquello de un ritual, camuflado de diversión […] una canción en el viejo coche, carretera veloz, a ninguna parte…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Para empezar en el siglo XVII o XVIII, no me acuerdo, los reyes de España importaron colonos alemanes para combatir el bandolerismo que predaba en el trafico del oro de Indias entre Sevilla y Madrid. Sospecho que eso sea la causa de que del lado de la famùilia de mi padre y pese a tener un fisico mas ibero que celta hay muchos casos de ojos azules (un gene recesivo).

Segundo: No hay que atribuir a razones humanitarias lo que no era mas que calculo cinico y/o el viejo principio del divide et impera. Por ejemplo los sultanes tenian por principio no atribuir nunca los altos cargos a msualmanes de nacimiento (y por ello los turcos quedaban excluidos) sino a conversos. O mas bien a hopmbres que ahbian sido arrancados a su familia cuando eran niños; y convertidos a la fuerza al islam. Como no eran turcos ni msulmanes de nacimiento tenian que hacer frente a la hostilidad de los que lo eran y por tanto dependian de la proteccion del Sultan, a veces simplemente para permanecer con vida, lo cual les incitaba a la lealtad. Y puesto que ellos mismos eran musulmanes, al menos de nombre, toda intriga para que sus hijos les sucedieran en el cargo era inutil de antemano.

Tercero: Has hablado de Armenios. Las primeras grandes persecuciones de Armenios fueron ordenadas en timpos del Sultan Abdul Hamid. En cuanto a cristinaos y judios uno de los predecesores de Abdul Hamid tenia la costumbre de pasearse por Constatinopla tras la puesta del Sol y matar a todo no musulman que encontrase.
Que hubo matanzas periodiacas de no musulmanes en todo el perido que va entre la caida de Constinopla y a liberacion de Grecia.

Que hasta que las potencias europeas le forzaron a abandonarlo, el principio por el que se regian los tribunales turcos era el de la shariah en la que le musulman siemopre tiene razon contra el no musluman y su palabra vale mas lo que permitio expropiar buena parte de las tierras de Serbios, griegos y demas. Tambien que los no muslmanes eran sometidos a un impuesto especial y toda calse de vejaciones.


Que era tambien en Turquia donde el quinto hijo de las familias cristians (no sé si tambien de las judias) era raptado, convertido a la fuerza y luego segun sus capacidades era destinado a las uniddes de jenizaros, a a la administracion. O al haren del sultan y de los nobles.

En una cosa tu vision de Turquia corresponde a la realidad: a pesar de que el Sultan era el ariete del Islam al mismo tiempo la religion y el clero estaban subordinados al estado y no a la inversa como entre los arabes. Esa tradicion fué determinante para el exito de Mustafa Kemal en su tarea de reformas. Esa subordinacion también contribuyóa a evitar los "pogroms espontaneos" de los que hay frecuentes ejemplos en la literatura arabe de la edad media en los que se produce una matanza de infieles cada vez que un iman con dolor de muelas pretendia que un infiel habia insultado a Mahoma.

Pero ello no quiere decir, que excepto para unas pocas minorias que el Sultan tenia un interés especial en concilarse,
la vida de los infiels en tierra turca fuese prospera y apacible.

El Perdíu dijo...

Estimado JFM, me he debido explicar mal. No quería hacer un canto al imperio otomano en cuanto tal otomano, ni alabar la convivencia de razas y culturas. Mi argumento era otro. Hubo una época de otras lealtades, que no eran étnicas ni desde luego nacionales. Nada más. Pero tampoco nada menos.