7.10.08

La mentira como forma de gobierno. Unas palabras en relación a las veguerías.

Jean Francçois Revel, ese magnífico liberal francés que nos dejó el año pasado, principiaba su magnífico “El conocimiento inútil” con un sintagma provocador: “La primera de todas las fuerzas que dirigen el mundo es la mentira”. En esto pensaba el otro día, al hilo de la tan traída y llevada desaparición de facto de las Diputaciones Provinciales para ser sustituidas por veguerías en Cataluña.
Se trata de una actuación inútil y vagamente melancólica, como corresponde a un gobierno nacionalista y está, además, rodeada de varias mentiras:
- Es mentira que la veguería vaya a mejorar la gestión de los servicios locales en Cataluña, como era mentira que las comarcas fueran a hacerlo en su momento.
Las comarcas fueron un fracaso absoluto y ahora el gobierno nacionalista catalán vuelve a intentarlo, esta vez con comarcas a escala mayor, las veguerías. La suma de varios ceros da invariablemente cero, por mucho que se empeñen los nacionalistas. Así que si uno agrupa en una comarca a cuarenta municipios pobres, el resultado es una institución supramunicipal pobre que además lucha por conseguir los escasos recursos con los que cuentan los municipios a los que se superpone.
- Es mentira que las veguerías mejoren la eficiencia de la actuación administrativa.
Es más, aumentará, sin ninguna contrapartida real, el gasto público. Ya lo verán.
- Es mentira que sea una medida demandada por la sociedad catalana. La veguería, como el
corregimiento en Castilla, es una figura histórica de la que, fuera del ámbito nacionalista catalán, sólo se ocupan los historiadores. Para el nacionalista, es la forma de dividir al país en regiones, de la misma manera que la comarca era una forma de dividir el país en provincias. La melancolía como estrategia política
- Es mentira en fin, conviene recordarlo, que las provincias cuartearan a Cataluña. Esto lo explica bastante bien
Jesús Burgueño, profesor catalán, en uno de sus mejores libros. La demanda de dividir el país en provincias fue encabezada, entre otros, por los diputados catalanes en las Cortes de Cádiz, que consideraban incompresible la división del Antiguo Régimen en un Estado liberal como el que se alumbraba…
Ténganlo claro, catalanes, Su gobierno, también en este tema, camina firme y decidido hacia la Edad Media.
Buen viaje, chavales…

PS: "Eric Hobsbawn ha recordado, […] que la obligación del historiador es siempre poner al descubierto el elemento mítico en la construcción de pueblos y etnias y su héroe en esta guerra particular […] es T.G. Masaryk. Este señor pedante, autoritario e incorregiblemente sincero fue padre del primer presidente de Checoslovaquia. Pero se enfrentó a un alud de tergiversaciones y no tuvo miedo de denunciar que los “manuscritos Libuse”, los poemas épicos que parecían legitimar la existencia de una cultura checa antigua y diferenciada, eran falsificaciones."
Ascherson, N.:
El mar negro. Cuna de la civilización y de la barbarie. Barcelona, Andanzas, 2001. Página 317.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Y mientras, UNILEVER, SEAT, NISSAN, ERCROS...poniendo la proa hacia otro lugar.
Sigan suponiendo que son una Comunidad próspera, sigan, que se van a pegar un morrazo en breve.
Igualmente, por mas que les moleste las veguerías no dejaban de ser un sitema feudal refinado. Así, el Veguer del siglo XIV, al puro estilo del cacique andaluz con formitas catalanas, impartía justicia o llamaba al "Vía Fora!" (oh, que delicia).
Lean "la catedral del mar" precioso libro donde nos ponen a los castellanos de borricos y sanguinarios para arriba.
Pero bueno, no me importó, allá quien no contraste. El libro me trajo buenos recuerdos de mis tiempos de juerga por la Calle Argentería y el Barrio medieval con esa joya que es Sta. María del Mar. No pierdo ocasión de visitarlo cuando vuelvo y tomar un par de copas en la "Vinya del Senyor".
Pocas comunidades he visto mas ajenas a lo que les pasa que a Cataluña.
De verdad, es alucinante, es como si viajaran en una limusina con cava y caviar, con un conductor chiflado que les está a punto de arrojar por un acantilado. Ellos ajenos y tranquilos, acariciendo los asientos de cuero.

Anónimo dijo...

La figura del corregidor era perfectamente válida.

Representó un factor de contrapeso en el monopolio que las oligarquías locales hacían del poder municipal y de la representación en Cortes, en el caso de las 18 ciudades con este derecho.

En el caso de los corregidores letrados hubo juristas eminentes que habían pasado por las principales universidades de la época. Llegaron en muchos casos al Consejo de Castilla, que era la institución más relevante del Reino, después del Rey.

Lo de volver a las comarcas: "La comarca", la nostalgia premoderna. Cualquier día se creen Frodo, Bilbo y todos esos.

Saludos.

Butzer dijo...

Todas las medidas o casi todas adoptadas por el nacionalismo se caracterizan por algo: es por la nostalgia de historias o que bien nunca fueron o que nunca funcionaron. Es quizás esta la razón de que sus argumentos no nos convenzan-por inexistentes- y los nuestros tampoco a ellos-la razón no es su guía-.