7.5.09

Imputación y responsabilidad

Ya han imputado a algunos parlamentarios del pepé. No sé cómo ni en qué medida, pero es evidente que el partido debe alguna disculpa a sus votantes. Al menos a los que, como yo, no somos gente del partido y nos limitamos a confiar en sus listas. Yo no los puse. Alguien los puso y ese alguien, en el mejor de los casos, se equivocó. ¿Para cuándo una disculpa? En fin, supongo que tampoco estaría de más obligarles a renunciar a sus escaños, si es que los imputados no tienen gallardía para hacerlo.

Creo que en estos casos es importante separar el grano de la paja. Una cosa es la delictiva campaña de filtraciones de Garzón al diario oficial, acompañada por la sarta de noticias irrelevantes que se presentan como punibles para hacer daño al partido y extender cortinas de humo en plena crisis,  y otra la existencia de personas corruptas en un partido político. Y creo que el pepé haría bien en no confundir ambas cosas.

En fin, en general creo que el nivel ético de nuestros políticos está, cada vez más, por los suelos. No sé bien si es porque los políticos se parecen mucho a la sociedad de la que salen o por haber inundado la política de vividores, dispuestos a sacrificar la moral y los principios por satisfacer a hordas de votantes embrutecidos por el consumo inmoderado de televisión. País

 

 

PS: [En la Rusia zarista] la intelligentsia era un subconjunto de la clase media-alta, provista de buena educación, que abarcaba a quienes hablaban de libros que nunca habían leído y que se distinguían tanto por una negación de clase  y de ocupación, ya fuera la burocracia o el ejército, como por su aceptación conformista de ideas tan presuntamente progresistas como el ateismo, el socialismo y la revolución. Se mantuvieron a flote como si fueran un fraude puramente especulativo […] pues entre la generación anterior, corrompida por el liberalismo, no era de recibo desafiar a la juventud ni poner en duda las causas del progresismo […]

Burleigh, Michael: Sangre y Rabia. Una historia cultural de terrorismo. Madrid, Taurus, 2008. Página 57.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ahora que vas, de demócrata?