8.6.09

La Rusia Imperial (II) -o dañar a un ciego-

Tras la Edad de Bronce, llegó la Edad de hierro

El más fiel heredero de Lenin tómo las riendas. Se acabó la NEP. El 27 de diciembre de 1929 Koba, el temible, apunta que el objetivo es “la liquidación de los kulaks, en cuanto clase”. Antes de marzo del año siguiente toda está ya en marcha. Más de un millón de personas son deportadas. No saben porqué, no saben a dónde. Las revueltas contra la colectivización son continuas. No había ninguna demanda social al respecto. El poder soviético declara la guerra a los campesinos; su arma, el hambre. Los campesinos hablan de una segunda servidumbre mucho más dura que la primera. Llega la hambruna. Un proverbio ruso decía que las malas cosechas vienen de Dios, pero el hambre viene de los hombres. El trigo suponía divisas y el Estado soviético las prefería antes que alimentar a sus esclavos. Al menos una tercera parte de la población kazaja murió de hambre. En Ucrania, las consecuencias fueron devastadoras. En 1933 la Unión Soviética exportó dos millones de toneladas de trigo, la cantidad necesaria para alimentar a toda Ucrania. La muerte de los kobzar, los poetas campesinos que recorrían Ucrania, casi todos fusilados. El papelón de los intelectuales occidentales, mintiendo sobre lo que ocurría. Idiotas como el norteamericano Walter Duranty, o como Maynard. Las denuncias, entre otros, de Panait Istrati fueron descalificadas. Nadie quiso saber nada de la mayor guerra contra el campesinado que se había librado nunca en la historia del mundo.
La Unión Soviética caminaba hacia el desastre. Se arrestó en masa a todos los especialistas relacionados con el campo, economistas, agrónomos… Un Estado totalitario, sin intermediarios ya entre el ciudadano y él.

PS: "El epílogo simbólico [del Holodomor] fue la destrucción de los kobzar, poetas campesinos, cantantes de romances, muchas veces ciegos, que recorrían los pueblos celebrando la memoria legendaria de los héroes ucranianos. Todos ellos fueron invitando al primer congreso ucraniano de los kobzar, todos arrestados y muchos fusilados. El compositor Dmitri Shostakóvich lamenta en sus recuerdos: “la memoria viva del país, todos sus cantos, toda su música, toda su poesía. Y los fusilaron a casi todos, casi todos esos patéticos ciegos asesinados. [...] Dañar a un ciego, ¿hay algo más bajo?
Meyer, Jean: Rusia y sus Imperios (1894-2005). Círculo de Lectores, Barcelona, 2007. Págs. 216-217

PD: Al final opté por el pepé. Por dos motivos. Una lista encabezada por Jaime Mayor y en la que está Carlos Iturgaiz merece todo mi respeto y aprecio. Y, además, había que derrotar a este gobierno nefasto. Vamos a ver si se consolida la tendencia...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Brutal lo de los ciegos