2.1.10

Los Justos, para empezar el año

Un puñado de personas. Los descubrió, quién si no, Borges. Y los metió en un poema que tituló, heroicamente, "Los Justos".
Para que nunca los olvidemos.
No podemos empezar el año sin pensar en ellos.
Aquellos, como interpreta Savater, cuya rectitud salva al mundo.
Saboreelo, desocupado lector.


Un hombre que cultiva un jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.

4 comentarios:

Ruy dijo...

El que no sabe de la existencia de estos justos ni de la justicia de lo
que hacen, y vive su justicia ignorada.

Gedeón McHale dijo...

Los justos eran, según la tradición judía, los Lamed Wufniks (los árabes les llaman los Kutb). Son 36, son muy pobres, no se conocen entre sí y, sin saberlo, justifican el mundo a ojos de Dios. Si faltasen, Dios destruiría el mundo, como destruyó Sodoma y Gomorra donde, como es fama, no habría desencadenado su cólera de haber hallado diez hombres rectos. Puede encontrarse el relato en BORGES, Jorge Luis, El libro de los seres imaginarios.

El Perdíu dijo...

Gracias Gedeón, no lo sabía

Carlos Díez dijo...

Muy apropiado traer el poema. Respecto a lo que menciona Gedeón, JLB en su "Libro de los seres imaginarios", dice lo siguiente:

LOS LAMED WUFNIKS
Hay en la tierra, y hubo siempre, treinta y seis hombres rectos cuya misión es justificar el
mundo ante Dios. Son los Lamed Wufniks. No se conocen entre sí y son muy pobres. Si un
hombre llega al conocimiento de que es un Lamed Wufnik muere inmediatamente y hay otro,
acaso en otra región del planeta, que toma su lugar. Constituyen, sin sospecharlo, los secretos
pilares del universo. Si no fuera por ellos, Dios aniquilaría al género humano. Son nuestros
salvadores y no lo saben.
Esta mística creencia de los judíos ha sido expuesta por Max Brod.
La remota raíz puede buscarse en el capítulo dieciocho del Génesis, donde el Señor declara
que no destruirá la ciudad de Sodoma, si en ella hubiere diez hombres justos.
Los árabes tienen un personaje análogo, los Kutb.


Gracias por empezar el año con Borges, al que siempre es un placer reencontrar.