15.3.10

Emigración en cumpleaños

Aproveché el fin de semana para ver, en dos sesiones, América, América, la épica película de Elia Kazan basada en la historia de la llegada a los Estados Unidos de su familia a finales del siglo XIX. Un relato algo largo. La historia de un joven griego que asume que no hay futuro para ellos en la Anatolia previa a la Gran Guerra. Un viaje homérico hacia la madurez, los robos, la traición, la lealtad. Una obsesión para todas aquellas gentes, América, la tierra de las oportunidades, una tierra sin reyes, sin califas, sin servidumbre. Una tierra de oportunidades. La mirada del emigrante, siempre tan igual, año tras año, país tras país, lugar tras lugar. El afán de mejorar, de ofrecer vida mejor a los hijos.

Una buena película sobre los sueños, sobre la pobreza y sobre la desesperación.

Un buen recordatorio, ahora que pensamos que los españoles fuimos ricos de siempre, y no miramos ya las fotos de nuestras maletas camino de argentina hace cien años o de Suiza hace cincuenta. Porque la patria, lo dijo Cánovas, es aquella que te da de comer.

PS: "Cuando escuché a mis amigos dominicanos describir la situación de los haitianos en la República Dominicana quedé asombrado por los estrechos paralelismos que guardaba con la situación en Estados Unidos de los inmigrantes ilegales procedentes de Méjico y otros países latinoamericanos. Escuché las famosas afirmaciones que se refieren a “trabajos que los dominicanos no quieren”, “empleos mal pagados pero mejores no obstante que los que tienen en su tierra”, o a que “los haitianos nos traen el sida, la tuberculosis y la malaria”, “hablan otra lengua y son más morenos” y que “no tenemos ninguna obligación de ofrecer atención médica, educación y vivienda a los inmigrantes ilegales, ni podemos permitírnoslo”. En todas esas afirmaciones bastaba sustituir las palabras “haitianos” y “dominicanos” por “inmigrantes latinoamericanos” y “ciudadanos estadounidenses” para que el resultado fuera la habitual expresión de las actitudes estadounidenses hacia los inmigrantes latinoamericanos".

Diamond, Jared: Colapso, por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen. Barcelona, Círculo de Lectores, 2006. Página 464.

1 comentario:

Ruy dijo...

No haY NINGUNA QUE PERDURE.
Diría que más duran las que más protegen la libertad de sus ciudadanos.