11.11.10

Homenaje

Las víctimas del terrorismo.

Algunos bobos las confunden con las víctimas del tráfico y con las de la violencia doméstica. Nada más lejos de la realidad. Los asesinados por ETA lo fueron en nuestro nombre, porque los terroristas no podían matarnos a todos a la vez. Qué lúcidos Aurelio Arteta y Juaristi al respecto. Es la violencia totalitaria de la izquierda. Durante años se los honró en silencio. De manera vergonzante. El propio Estado creía que era lógico y justo que murieran. También los nacionalistas incruentos vascos. El libro de Rogelio es a este respecto muy ilustrativo. Igual que las películas de Iñaqui Arteta.

Las cosas cambiaron. La muerte de Miguel Ángel Blanco fue un punto de inflexión. Empezaron a ponerse ellos las capuchas para salir a la calle. Fue un momento poético, en cierto sentido. El pueblo se rebeló. El Estado empezó a verlo claro. Una ley de solidaridad ejemplar.

Ayer, este largo camino de dignificar el sufrimiento de las víctimas dio un nuevo paso. El Parlamento vasco. El lugar que ha sufrido el escarnio de ver a terrorisas allí sentados y a gentuza como el tal Ternera en la Comisión de Derechos Humanos, homenajeó a las víctimas del terrorismo.

Por fin.

Tantos años después.

Este es el camino. No hay ningún otro. Estado de Derecho para los terroristas y reconocimiento moral para las víctimas.

Enhorabuena vascos. Es un gran paso. Poco a poco, podréis irle explicando a vuestros hijos qué hacíais mientras vuestros vecinos eran asesinados por meterse en política. Y podréis miraros al espejo, sin más problema, cada mañana.


PD: Hacia Emerita Augusta. Esa relación zamorano-emeritense.


PS: "La radio, el cine, los escritores y el propio Stalin repetían lo mismo: los kulaks son parásitos, queman el grano, matan a los niños. Lo declaraban abiertamente: había que levantar la furia de las masas contra ellos, destruirlos a todos en cuanto clase, a esos malditos…"

Grossman, Vasili: Todo Fluye. Barcelona, Galaxia Gutemberg, 2008. Página 167

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo de la tipa que confunde las víctimas de la ETA con el tráfico es simple cacao mental de progre. Como padecen de esa soberbia monstruosa, se creen especialmente sensibilizados ante las desgracias humanas, de manera que la actitud de los demás no puede ser sino indiferencia ante los accidentes de tráfico y manipulación política interesada ante los asesinados por la ETA.

No hay cosa peor que un progre confundiendo sus ansias de trascendencia a todo y a todos con la inteligencia.

Anónimo dijo...

Mientras el Papa desembarcaba en Santiago, Zapatero huía a Afganistán. Se comprende, aunque luego el presidente tuvo que volver para oler de cerca el humo de los cirios en Barcelona. También se comprende. Lo que me sorprendió del pequeño salto a la convulsa república islámica es esa ceremonia en que ZP rendía homenaje a los soldados españoles muertos en este ya largo conflicto asiático. “Caídos por España”, se podía leer en una expresión lapidaria. Y es lo que no entiendo. Me parecería mucho más lógico un rótulo que rezara “Caídos por Afganistán” o, si se prefiere, “Caídos en la lucha contra el terrorismo internacional”, aunque seguro que los que ven los abusos del Pentágono en esa pantanosa guerra encontrarían más apropiado un “Caídos por el imperialismo” o algo similar.

Me da la impresión, en todo caso, que el ejército español se ha modernizado en estos últimos años mucho más intensamente que su retórica. Y es que su epitafio favorito recuerda mucho –demasiado- a los “Caídos por Dios y por España” del franquismo. Aunque se haya eliminado la alusión escatológica, la lógica discursiva sigue siendo la misma. Considerar que un soldado que muere, normalmente de accidente, en Afganistán, en Kosovo o en el Líbano ha muerto “por España”, ¿no es un exceso semántico un poco ridículo?

Lo que delata todo eso, claro, es el viejo nacionalismo, tan arraigado en todo cuartel que se precie. Y eso es lo inquietante, porque ejército y modernidad me parece una pareja óptima, pero ejército y nacionalismo… mejor que sean dos términos pulcramente divorciados. Para que nadie “caiga” en ninguna tenebrosa tentación.

Anónimo dijo...

El Partido Popular cree haber encontrado en la inmigración un yacimiento de votos para las elecciones que se avecinan, y está dispuesto a explotarlo sin reparar en las terribles consecuencias que tal estrategia puede tener para la convivencia ciudadana y para la dignidad de los afectados. La cabeza de lista del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, profundizó ayer en el discurso xenófobo de que viene haciendo gala su partido y propuso que los inmigrantes que se queden sin empleo se marchen de España. La candidata ha desempolvado además el “contrato de integración” que incluyó Rajoy en su programa de 2008, un documento insultante a la inteligencia y la sensibilidad que, entre otras cosas, exige a los inmigrantes el compromiso de respetar los “valores y costumbres” locales. ¿Qué valores? ¿Qué costumbres? ¿Los que determinen estos políticos reaccionarios que desprecian a sus semejantes y luego se abrazan piadosos al apóstol Santiago? ¿Las de quienes abominan de los homosexuales y se rebelan iracundos contra el derecho de la mujer a decidir sobre su embarazo?

Resulta preocupante tener que recordar a estas alturas que, en democracia, el único compromiso exigible a los inmigrantes es el que obliga al resto de los ciudadanos: la sujeción al cuerpo legal de deberes y derechos. La Ley de Extranjería define con claridad los requisitos para la renovación del permiso de residencia, asunto que al parecer preocupa al PP. En su ceguera electoralista, los conservadores olvidan cosas esenciales, como que los inmigrantes a los que hoy demoniza serán fundamentales para sostener el sistema de pensiones.

Anónimo dijo...

Parece ser que María Dolores de Cospedal ha encargado un sondeo a una empresa hasta hace nada dedicada a la hostelería que, según informes, no ha realizado ningún otro trabajo de este tipo, no es conocida en los ámbitos profesionales demoscópicos y cuenta con un solo empleado a tiempo parcial. Tal sondeo que, por lo que se sabe, puede ser imaginario, pronostica la victoria de De Cospedal en las próximas elecciones autonómicas de Castilla-La Mancha y así lo han publicado algunos medios como ABC o El País.
De ser cierto lo anterior, el problema no estriba sólo en el perjuicio que estas prácticas ocasionan a los profesionales serios del sector que, es de suponer, se defenderán por la vía que estimen oportuna. Cuestiones de competencia, deontología y cosas así. El problema es la actitud que revela y el daño que hace al normal juego limpio democrático que, como todos los juegos de esta naturaleza, está sometido a reglas. Cuando estas no se respetan, el juego pasa a ser sucio.
La principal regla democrática es el respeto y lealtad a aquellas instituciones que están por encima de los partidos. Así, el problema no es recurrir a una triquiñuela fraudulenta para publicitar un resultado favorable presuntamente falso, sino poner en cuestión, por ejemplo, la tarea del CIS (un centro de larga trayectoria impecablemente profesional) cuando los resultados que ofrece no casan con las aspiraciones de la derecha.
El problema es obstaculizar el normal funcionamiento de los órganos constitucionales, bloquear sine die la renovación del Tribunal Constitucional, ocasionando un tremendo descalabro en su legitimidad del que ya veremos cómo se recupera. El problema es, igualmente, verter sospechas sobre la actuación de las fuerzas de seguridad, el ministerio fiscal y los mismos tribunales cuando de sus actos se derivan consecuencias indeseables para el partido, y llevar esta mala práctica hasta el dislate de hablar de “Estado policial” sin pruebas y en un país que ha sufrido 40 años de franquismo.
La instrumentalización y/o el sistemático maltrato de las instituciones no benefician a nadie, deslegitiman la democracia, exasperan a la ciudadanía, embriagan y llevan a la convicción de que, cuando no hay reglas, todo vale, que es lo que piensa el elefante en una cacharrería. Sólo que el elefante lo hace de buena fe.

rebolloa dijo...

Como ya comentè la otra vez que sacò a colaciòn el tema de los vascos y el mirarse al espejo, me parece simplemente ridìculo.
Es muy facil hablar de espejos, cuando uno no sabe si el vecino de su casa o el que esta sentado en la mesa de alado es de ETA. O si uno de tus conocidos le pasa informacion a la banda terrorista.
Sin embargo, le puedo decir rotundamente que nunca he estado a favor de ETA. Segundo, simpre participé desde los 5 años hasta los 16 en las manifestaciones por la paz que organizaban los Padres Escolapios, en publico, en la plaza Zababuru, El Sagrado Corazon, el Parque de los Patos, y en el colegio. Tercero, la única vez que me ha dado verguenza de mirarme en el espejo, fue durente el conflicto de Serbia, viendo lo que pasaba en Sarajevo, y como España, como el resto de los paises Europeos, se quedaba de brazos cruzados.
Finalmente, usted confunde al que aprieta el gatillo y al que le apoya, con el que vive en la misma ciudad o pueblo. Es como si yo le tachara a usted de ladròn porque hay uno en su barrio.
Estoy simple y respetuosamente en desacuerdo.

El Perdíu dijo...

Mi General, no creo que en este tema nos pongamos alguna vez de acuerdo: en el País Vasco ha habido gente que ha matado (poca), gente amenazada (mucha), gente valiente (poca) y gente que ha mirado para otro lado (la gran mayoría). No pasa nada, nadie está obligado a ser un héroe. Pero las cosas, mi general, son como son. Dígalas Agamenón o su porquero.
Un abrazo
Manu