11.1.11

Arthur, tomorrow belongs to you

No había tenido un rato para hablar del tema hasta ahora, pero estoy aún sin aliento por el contenido y la estética de la toma de posesión del tal Mas (ya saben, el hijo del tal Mas Barnet, el hombre que, para luchar contra el expolio fiscal español, se llevó la pasta a un paraíso fiscal) como presidente del gobierno autonómico de Cataluña. El 129, dicen los tíos. Y sin inmutarse: y nadie se parte de risa al oírlo, que es lo más triste. Un acto de corte claramente fascista. Y un discurso también de corte fascista, se mire por donde se mire el de toma de posesión de Mas.

A dónde hemos llegado en menos de treinta años: Tarradellas saludaba a los “ciudadanos de Cataluña” y esta nada con forma de presidente jura fidelidad “al pueblo de Cataluña”. Como si algo así existiera. Esas expresiones: construcción nacional, servicio a los muertos, honor y responsabilidad. Como si hubiera de hacer algo más que gestionar servicios públicos y procurar no meterse mucho en la vida de los ciudadanos. Esa visión decimonónica de la política. Es lo grotesco de estos nacionalismillos que sufrimos en España. No sólo es que son patéticos, como todos los nacionalismos, sino que además llegan ciento cincuenta años tarde.

Esto de “he mamado el país”, “he tocado el país”, “con gran intensidad”. Un país lleno de esperanzas, un país en marcha. La brutalidad de hablar de “deberes morales de un ciudadano con su país”, y no con sus conciudadanos. Lo de ser constructor de un país, lo de la plenitud nacional, esa idiotez de una nación eterna, una Cataluña constituida en unidad de destino en lo universal, como lo era España para los falangistas.

Ese penúlltimo párrafo, que les clavo literal:

La història ens ho ensenya. La vida institucional d'un president és qüestió d'anys; la vida de les persones acostuma a ser qüestió de dècades; la vida dels estats, en el millor dels casos, en segles, perquè els estats no deixen de ser construccions artificials, però la vida dels pobles, de les nacions, de les cultures, aquesta no es mesura ni en anys ni en dècades ni moltes vegades en segles, sinó que es pot mesurar en mil·lennis.

Ese cerrar con el equivalente al arriba España. Yo hubiera ido más lejos. ¿Por qué no se animó a cantar aquello de “el futuro nos pertenece”, como el joven nazi en Cabaret?. Hubiera sido mucho más propio.

El nacionalismo, el último refugio de los canallas.


PS: "El siglo de la Ilustración, del secularismo racionalista, trajo consigo su propia oscuridad moderna. Con el reflujo de la creencia religiosa no despareció el sufrimiento que formaba parte de ella. [en este sentido] La magia del nacionalismo es la conversión del azar en destino".

Anderson, B.: Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y difusión del nacionalismo. Méjico, FCE, 1993. Página 24


PD: en Pucela.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Sólo se combate por lo que se ama; solo se ama lo que se estima, y para estimar es necesario al menos conocer."

Adolf Hitler