29.1.11

Investigaciones fragmentadas

Lo bueno de ser politólogo es que uno va por la vida investigando sin método y sin concierto. Si hubiera estudiado algo serio, sabría que uno no puede arrogarse conocimientos de los que carece cuando se rasca un poco la pátina superficial que lo recubre.
Un par de semanas investigando. A ratos muertos, claro, porque uno ha de vivir y no se dedica a ir por ahí investigando en horas de trabajo. Sobre Ponce de Cabrera; vaya tela que hay más información sobre él en la wikipedia en inglés que en castellano. Así somos. El Príncipe de Zamora. Una figura de leyenda. Señor de la mí tierra. Y gerundense. La lucha por el poder como eje de una vida.
Como no tengo medida, he alternado esto con Fabriciano Cid y con López Monís, los diputados por el distrito sanabrés durante los primeros años del XX, en plena Restauración. Amigos políticos. Caciquismo en estado puro. He visto una carta, fantástica, que hoy sería delito: estimado amigo, gracias por moverme los votos en tu municipio, ya me dirás en qué puedo ayudarte durante esta legislatura. Mil años después de Ponce y lo único que se mantiene es el apetito de poder.
Quizá eso nos hizo humanos, y no sólo el prensil, como explican en el MEH.
Hablando de Burgos. Qué hermoso es recordar el viaje delante de un café. Al recordarlo, uno parece vivir incluso otro distinto. Qué feliz puede llegar a ser un sábado. Lo escribió Claudio Rodríguez, claro: "Una mirada, un gesto / cambiarán nuestra vida".
Para que luego haya gente que no crea en la magia...


PS: Y mañana, debuto como nadador con Elicia... ¡qué ilusión me hace!

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