20.3.11

Centenario Celaya

El viernes hubiera cumplido cien años Rafael Gabriel Múgica Celaya, el recio hernaniés que, gracias a su oficio de poeta, pasó a la historia como Gabriel Celaya. El marido, también de Amparitxu Gastón.

Casi veinte años ya desde su muerte. A él llegué, lo recuerdo, en el noventa y cuatro o en el noventa y cinco. Una antología personal, comprada también, como tantas en aquella época, en El Buscón. Me descubrió mucho; aquella poesía áspera de los cincuenta, aquella poesía sin concesiones, de una España que yo imaginaba gris. Me descubrió, también, que había vascos que se consideraban los primeros españoles. Aquellos versos. Aquella actitud recia ante la vida. La poesía como un arma cargada de futuro. Otra cosa más de la que aprender a disfrutar para construirnos como personas. Si la vulgaridad es un buen punto de partida, acepto el reto de Gomá, la literatura nos ayuda a escapar de ella.

Los poemas de Celaya. Cien años ya. Dónde estará él. O lo que quede de él. Quizá en sus libros.

PS: Leí en algún sitio un epitafio que imagino en la tumba que algún día visitaré de César Vallejo en París: “aquí reposa lo que podía morir de César Vallejo

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