16.2.12

Algo de historia...

Algo de historia. Una gente de Santiago de la Requejada inauguraba una exposición en Huertas. Hasta allí nos acercamos. Santiago es un pueblo querido, aunque a mí, tantos años después, ya me queda lejano. Ahí nació El Perdíu. En relación a su vida, Miguel Torga, ese autor al que sólo leemos nosotros, no hubiera puesto en marcha una bitácora, sino que hubiera escrito un relato que hubiera empezado así: Cuéntame la historia del mundo como si fuera la historia de tu tierra, me dijo ella una tarde de otoño. Llovía y yo tenía apenas quince años. Llevo más de veinte años obedeciendo.

Verán, el padre del Perdíu, Pedro de Barrio de Prada, había nacido en Rozas, y se casó, quizá era febrero, con Manuela Losada, supongo que de Santiago, y marchó a vivir al pueblo de su mujer. Barrio, un apellido judío. Un zanquillas ¿verdad Juan de la Cuesta, impresor de Puñoenrostro?, Allí, en Santiago de la Requejada, nació Miguel de Barrio Losada. El Perdíu. El hombre que se casó en Robleda con María Rabanillo, de Triufé. “Lo único que le gustaba era cazar”, alcancé a oírle a alguien, una vez, a la luz de la lumbre, hace ya muchos años. Un final trágico. Uno de sus hijos, mi bisabuelo, quedó al cargo de un herrero, que fue quien le enseñó el oficio. Aún recuerdo a mi abuelo domando el hierro en la fragua. Repaso las fotos de la exposición y voy imaginando las cosas que debió de ver hará ya más de ciento cincuenta años Miguel de Barrio mientras se hacía un hombre: la fuente, la Iglesia, la fiesta del patrón... Las cosas han cambiado y la exposición muestra ese tránsito del mundo premoderno a la modernidad que tantos disgustos nos está dando. Aunque soy un tímido de libro, acabo presentándome y hablando con la gente de las Asociación. Aún me espera alguna sorpresa...


PS: [...] “lamentarse / es sólo comprender / la verdad demasiado tarde

Syjuco, Miguel: Ilustrado. Barcelona, Círculo de Lectores, 2011. Página 249.

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