Cada
vez que reflexiono sobre la escritura precisa acabo en Pla. Soy hombre de atajos rápidos en medio de
la niebla. El objetivo siempre fue decir mucho con pocas palabras; otra cosa es cuando me puede la melancolía...
A través de aquella biblioteca Salvat de finales de los sesenta, me hice con la
versión castellana de Un viatge ple de notícies. Contraban, publicado en 1927. Pla es el narrador
adusto. La conciencia que nunca tendré. Describir a Sebastià Puig, “Hermos” en
un par de páginas y hacerlo a través de dos o tres anécdotas: el conejo que se
niega a guisar, su opinión sobre los griegos... Reflejar el carácter de alguien
señalando que era un hombre que junto al mar tutea a todo el mundo, pero que
dos quilómetros hacia el interior trata a todo el mundo de usted. Un Pla joven,
apenas veinte años, y un Hermós cincuentón, de vuelta ya de todo, retirado en Aigua-Xellida. El mito del lugar al que volver…
Buena
escritura.
Ya
le iré contando, desocupado lector.
PS:
Dice Plá de Hermós que “he llegado a la conclusión de que la esencia de su
personalidad era –a pesar de ser analfabeto- la sólida cultura que poseía”.
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