16.5.13

Los defectos no son de los países, lo son de los hombres...

Hojeaba la prensa ayer y me topaba de bruces con una realidad incómoda para la jeremíaca socialdemocracia española: la corrupción es mucho más humana que latina o española. 

Así que decidí cambiar el sentido del  post de hoy, un post que, en cualquier caso, va dedicado a algunos de mis grandes amigos. Buena gente. Y gente cercana: amigos de los que sentir cerca el aliento cuando las espadas están desenvainadas, el miedo te agarrota las manos y, al mirar, descubres que aquellos a quienes siempre supusiste tú última línea de defensa hace tiempo que optaron por ponerse de perfil...

Dedicado, digo, a esas comidas, en Barandales. A esas charlas sobre el spain is different del que no logro sacarlos almuerzo tras almuerzo. Y menos ahora, con la que está cayendo.

El texto proviene de un párrafo de No siempre lo peor es cierto, de mi admirada Carmen Iglesias. Un párrafo en el que la Académica recuerda a su maestro, Maravall Casesnoves:

"[…] ese hombre del Lazarillo –comentaba unos meses antes de su muerte, refiriéndose a su recién publicada obra monumental sobre la picaresca-, que sale de casa rugiéndole las tripas, pero que se limpia ostentosamente con un palillo de dientes; pues bien, esta figura la he encontrado en un poema francés de la misma época. Y hace cuatro años –seguía Maravall- hubo en La Sorbona un coloquio organizado por hispanistas cuyo tema era la marginación y la exclusión en la España del siglo XVI. Yo sabía que ellos iban a plantear este fenómeno como típicamente español, y por ello me divertí preparando una colección de citas de escritores franceses del siglo XVI sobre exclusión y marginados, en los que no quedaban dudas sobre la miseria y la marginación en su propio país. Uno de ellos contaba que en las calles de Lyon, durante la noche, no se oía más que “¡Ay que me muero de hambre” […] Y las mujeres iban arrastrándose famélicas y en pleno invierno echaban a sus hijos encima de la nieve, sin tener un solo mendrugo, sin disponer en los pechos ni siquiera de una gota de leche; eso se dice en un documento de la época […]. Se trata de aspectos que dependen de situaciones históricas y que cambian cuando cambian éstas".


1 comentario:

Drizzt dijo...

Je :)

A veces yo también caigo en eso de "los españoles somos más pillos que ninguno" ... quizás porque me cuesta mirar al exterior. O porque nos gusta auto fustigarnos demasiado.

Pero como nota de humor, no está mal recordar la historia de Wolfgang Schäuble, actual ministro de finanzas alemán con cierto escándalo de donaciones a finales de los años 90 en la CDU .

Quizás, a veces, nos falta abrir un poco la mirada.