22.8.13

Cruzar La Raya (II)

Cruzamos La Raya, digo. Hay algo en los portugueses que muestra lo que un día fuimos los españoles. Gente amable. Y gente hospitalaria. Hay familias que permanecen vinculadas más allá de los países y de los años. La lógica del Estado nación, a dios gracias, no logró acabar con todos los vínculos que había a ambos lados de las fronteras. Es verdad que la modernidad no fue buena con esta tierra, pero a cambio nos permitió seguir disfrutando de cosas que ya no quedan en otros lugares. 

Mi familia portuguesa, digo. Abrazos. Cómo habéis crecido. Un portuñol para entendernos. Emilio ya nació en Portugal. Su madre fue senabresa. Toda su vida. Su hijo no ha olvidado los orígenes. Tampoco sus hijos, que a estas alturas deben de ser ya primos cuartos o quintos míos. Pero no nos importa. La familia, como los amigos, es también, en el fondo, cuestión de elección. Pasada la adolescencia, uno elige a los que quiere tener cerca. Se nos va el día charlando y comiendo. Sobre Portugal, sobre España, sobre la familia. Hasta Mourinho nos sale en la conversación. 

Y mientras enfilamos la vergonzosa carretera que une la frontera con La Villa pienso que, en el fondo, nos reconocemos en el otro. Hablar con alguien de un país ajeno nos permite darnos cuenta de, hasta qué punto, las identidades son nada más que construcciones culturales efímeras. Caprichos del destino y frutos de la imaginación del hombre cuando éste dejó de creer en Dios.

2 comentarios:

Drizzt dijo...

Buena tierra Portugal. No dejo de visitarla siempre que bajo a Huelva, aunque sea para dar un paseo y tomar una bica en Vila Real de António. De comprar alguno de sus productos. Muchas veces pienso, que es un gran desconocido para los españoles.

El Perdíu dijo...

Totalmente de acuerdo. Un fuerte abrazo.