19.12.13

La prueba del algodón

Anda la izquierda soliviantada porque el Estado, a través del gobierno, defiende el parlamento de la jauría republicana que trata de asaltarlo los jueves pares y los sábados impares de cada mes. Invocan, con las manos en jarra, el derecho a la libertad de expresión y acusan, en esa tendencia tan suya a derrochar adjetivos, de fascista y liberticida al gobierno. 

Es todo una impostura, por supuesto. Ninguna otra izquierda del mundo (la nuestra es una cruz) duda de que la violencia legítima del Estado es, ante todo, violencia, y que como tal se ejerce. Pero sobre todo, no hay más que pasarle la prueba del algodón a sus jeremiacos lamentos para saber qué solidez tienen. Ya me gustaría ver su argumentario si las dos mil personas que rodeasen el Congreso fueran Falangistas o militantes de la Alianza Nacional. ¿Un camión de agua para disolverlos? ¡Quía! Veinte o treinta...

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