7.3.14

Apuntes (los pueblos típicos)

El turismo también permitió imaginar de nuevo barrios y ciudades.
Imaginar en sentido literal. Nunca existieron así. Son pastiches históricos que todos, yo el primero, disfrutamos cuando los visitamos. Asegura Eric Storm en su capítulo de Ser españoles, a cuenta de los barrios históricos, y tomando como ejemplo el de Santa Cruz (página 537) lo siguiente:

"Este regionalismo cultural, que en este caso sirvió claramente para conferir raíces locales a la identidad española y para enseñar la diversidad dentro de la unidad fundamental de la patria, también salió a la luz cuando rehabilitó el barrio de Santa Cruz de Sevilla, entre 1912 y 1920. El antiguo barrio medieval estaba muy deteriorado y apenas tenía interés. Gracias a la intervención de la comisaría regia, y en estrecha colaboración con el arquitecto regionalista Juan de Talavera, el barrio se hizo más sevillano que nunca: unos callejones miserables e insalubres se convirtieron en el barrio sevillano por excelencia. Se adoquinaron y limpiaron las calles, poniendo nuevos rótulos y farolas, y creando jardines y plazuelas, todo en el más típico estilo andaluz. Incluso la mayoría de las casas nuevas, construidas en el nuevo estilo regionalista, fueron más típicas que los edificios existentes, produciendo de esta manera un pastiche histórico que a la larga tuvo un éxito asombroso. Otras ciudades iniciaron proyectos parecidos, creando por ejemplo el típico barrio gótico de Barcelona

Ahí está el caso, sin ir más lejos, de mi adorada villa senabresa. Una villa medieval, dicen, ¡quía! ya les hubiera gustado a mis antepasados haber tenido una villa así de hermosa en cualquier siglo anterior al XXI. La Puebla del XVIII, y  no digamos la del XV o el XVI, era para nuestros estándares, un lugar insalubre, lleno de mierda y maloliente. No hubiéramos aguantado ni diez minutos allí...

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