Grande ovejero, el otro día en El País. A vueltas con el populismo en política. Un párrafo luminoso para entender mi escaso aprecio por las tertulias (¿?) políticas (¿?) en televisión. Y para entender el hartazgo que siento ya en relación a esa arrogancia , moral con la que la izquierda nos atiza a poco que te despistas:
"No hay peor enemigo de la discusión política que las
autoproclamadas superioridades morales, esa disposición que da en presumir que
mientras nosotros defendemos nuestras ideas por convencimiento, los rivales,
comprometidos con oscuros intereses, no creen sinceramente en lo que dicen ni
buscan respuestas a los problemas colectivos. Quien asume eso desprecia a sus
conciudadanos y, en el camino, abdica de la mejor democracia, asociada a una
discusión pública que resulta imposible cuando se parte de que los demás tienen
un trato insincero con sus ideas. No cabe debate político si te descalifico
como interlocutor".
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