26.3.15

El Señor de la Montaña

Sobrepasar los cuarenta y empezar a leer a Montaigne. Eso debe de ser madurar. Regalo en la magnifica edición del Acantilado. Abrir el libro y empezar a leer las reflexiones del señor de la Montaña, un López de Villanueva expulso que se equivocó al decir aquello de que "escribo mi libro para pocos hombres, y para pocos años".

Una delicia de regalo. En todos los sentidos. Incluido, claro, el de la procedencia.

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