11.6.15

El Estado de las cosas (y IV)

Pero la parte más interesante de El Estado de las Cosas es la descripción de aquel momento iniciático en el que conviven la música contracultural con un entorno nacionalista, momento que acabará con la absorción total del la contracultura por parte del mundo de Batasuna y de la ¿alternativa? KAS. En este sentido, es especialmente interesante en el caso de los punkies, porque no parecía una absorción sencilla de llevar a cabo. 

En este sentido, hay varias cosas que yo desconocía. Anécdotas como que la canción Mierda de ciudad, pura contracultura, es una adaptación libre del Drinking  & Driving de The Business



El libro refleja varias de las contradicciones a las que dio lugar la absorción por un mundo rígidamente militarizado como era el etarra, de un relato ligado a la contracultura. Por ejemplo, el problema es que el rock radical vasco tuvo con la droga y con ETA: los músicos se metían de todo, y así lo reconocen el libro, y eso no gustaba a los terroristas. Y como todos nos reconstruimos el pasado, los mismos ex-yonkis protestan ahora sin rubor por todo el caballo que metió la policía y la guardia civil. Manda cojones. Esta relación ambigua queda también reflejada en la canción del Nivel 30, que contiene un homenaje a Stefano Tamburini creador de RanXerox, un personaje de cómic y que murió por la droga. 

En fin, y ya para acabar, la canción Equilibro, es una adaptación de la letra de Too drunk to fuck de Dead Kennedy con la música de Doors to your heart, de The beat.

Pero quizá ninguna canción, o ninguna situación, refleje mejor esa fusión contra natura que la actuación de Kortatu cantando Jaungoikoa eta Lege Zarra en un programa de la recién creada ETB ante varios cargos del PNV. No hay más que ver la letra de la canción para entender la cara que debió de poner los penuvistas al oírla...




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