24.7.15

La premodernidad, en una foto

Una de las características más acusadas, y más premodernas, del nacionalismo es su negación de la pluralidad. El país es uno solo y todos sus habitantes son solidarios entre ellos, entre ellos y con los muertos pasados. Entre ellos y con los vivos aún por nacer. Una unidad de destino, que decía  otro ¿pensador? nacionalista. 

Como el país es uno sólo, las elecciones son una cosa un poco boba, en fin, que se celebran porque queda mal no hacerlo. Pero lo mejor es ir con una lista del país. Los que no vayan en ella, no son del país, eso está claro. Y como el país es monolítico, también lo han de ser sus instituciones más representativas. Ahí está esa foto, repugnante, por lo que significa de exclusión: todo el club al servicio de la ideología de una parte de sus seguidores. 



Magnífico, a este respecto, Xavier Sardá el otro día en El Periódico. 

Lo que los nacionalistas no han entendido es que las organizaciones civiles, desde un club de fútbol hasta un Ateneo, son puntos de encuentro entre diferentes. No expresiones monolíticas de un sueño. Espero que Cataluña no se independice, pero no porque crea en una España eterna, como quieren hacer ver los nacionalistas. No. Lo espero porque no se pueden romper las reglas de juego entre unos pocos y, sobre todo, porque los derechos de las minorías están mejor defendidos en marcos de convivencia amplios. 

Cuanto más pequeño es el país, mayor es el infierno para los que no piensan como la mayoría. 

No hay comentarios: