18.10.15

La cara oscura

Magnífica reflexión de Arias Maldonado sobre Internet y sus demonios en la Revista de Libros. No se la pierda y disfrute del domingo:

Se apunta aquí hacia un dato decisivo de la sociedad digital, una auténtica novedad que quizá no hayamos interiorizado suficientemente: nuestra actividad digital deja una huella indeleble en la red, que puede ser rastreada y monitorizada con ayuda de motores y algoritmos de búsqueda. Si Internet no olvida, nuestra dirección IP no miente. Las interacciones digitales producen datos que identifican nuestros movimientos en la Red, que a su vez pueden entenderse, en feliz expresión de Matthew Fuller, como «motas de identidad». Su trazabilidad congela en el tiempo nuestras acciones pasadas, en una negación de facto de eso que, no por casualidad y en el contexto de la disputa europea con Google sobre la pervivencia de noticias difamatorias en su buscador, se ha denominado «derecho al olvido».


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