18.1.16

Otras legitimidades, otras actuaciones

A mí esto me lo enseñó el gran Kantor hace años en una comida. Hay determinados actores políticos que necesitan carecer de legitimidad democrática para poder hacer bien su función. Lo recordaba al hilo del magnífico post de Conthe el otro día en Expansión. A vueltas con lo que el autor llama el síndrome Van Dyck. Léanlo entero que no tiene desperdicio:

"Surge de ahí una paradoja: las únicas personas o instituciones que en una democracia pueden contarle la verdad a los ciudadanos, sin tapujos, son aquellas que carecen de legitimidad democrática directa y, en consecuencia, no tienen que ganarse el favor de los ciudadanos. Por desgracia, carácter electivo y sinceridad suelen estar reñidos [...]. De ahí la importancia, a mi juicio, de que en una democracia existan instituciones y cargos públicos no electivos [...]."

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